Como os comenté en la anterior entrada de este blog os voy a relatar cómo me fue en la Escuela Municipal Haurtxaro de la Rotxapea.
Pese a todos mis miedos la experiencia ha sido muy gratificante, se respiraba alegría y eso contagia a una.
Planteé dos sesiones breves; primero para los más pequeños (sin contar a los lactantes) y después para los más mayores. Cada una de las sesiones duró unos 25 minutos. Ni mucho, ni poco. Los niños me demostraron que son muy capaces de mantener la atención, si lo que les ofreces le gusta.